Espíritus de los muertos[1]
Tu alma se
encontrará sola
‘En medio de los
oscuros pensamientos del gris túmulo ̶
Ni uno, de toda la
muchedumbre, fisgonea
Dentro de la hora
tuya de ocultamiento.
Sé silencioso en
esta soledad
Que no es el
desamparo ̶ pues entonces
Los espíritus de
los muertos, que, antes que tú,
Erguidos
estuvieron en vida, lo estarán otra vez
En torno a ti en
la muerte ̶ Y su voluntad
Te habrá de
cubrir-con-su-sombra: Sé sosegado.
La noche ̶
aunque clara ̶ se encapotará
Y las estrellas no
mirarán abajo
Desde sus altos tronos en el firmamento,
Con luz como
Esperanza para los mortales regalada ̶
Empero sus rojos
orbes, sin haz,
Para tu hastío
habrán de parecer
Como una ustión y
una fiebre
Que podrían
aferrarse a ti por siempre.
Ora son
pensamientos que no desterrarás ̶
Ora visiones que
nunca desaparecerán ̶
De tu espíritu
nunca partirán,
No más ̶ Como
gotas de rocío en la hierba.
La brisa ̶ El
aliento de Dios ̶ Es sosegada
̶
Y el vaho sobre la
colina
Tenebroso ̶ tenebroso ̶
aunque intacto,
Es un símbolo y
una tarja.
Cómo se cierne
sobre los árboles,
Un misterio de
misterios.
[1] (Este poema es también
llamado “Visita de la Muerte” ̶ Ed.)
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